Puede que un niño pequeño tenga ciertos problemas de identidad si considera quién es él para cada persona que le rodea: para su madre es un hijo, para su abuelo un nieto, para su profesora un alumno, para la de la tienda un cliente. ¿Es posible ser tantas cosas a la vez? Seguro que al final, Totó encuentra una respuesta.
Puede que un niño pequeño tenga ciertos problemas de identidad si considera quién es él para cada persona que le rodea: para su madre es un hijo, para su abuelo un nieto, para su profesora un alumno, para la de la tienda un cliente. ¿Es posible ser tantas cosas a la vez? Seguro que al final, Totó encuentra una respuesta.
¿Quién soy yo?
Totó pregunta a su madre:
–¿Quién soy yo?
–Tú –responde la madre– eres mi HIJO.
–¿Y qué más?
–Y también eres un niño.
–«Hijo-niño –piensa Totó–. ¿Y qué más?»
Totó pregunta a Laura:
–¿Quién soy yo?
–Tú –responde Laura– eres mi HERMANO.
Totó piensa: «Hijo-niño-hermano.- ¿Y qué más?»