Bien escritos y provistos de un estilo que hace amena su lectura, imaginativos y, en ocasiones, melancólicos, los cuentos reunidos en Historias de la otra tierra siempre dejan algún tipo de moraleja, generalmente asociada a lo efímero y frágil de la existencia. Entre sus variados protagonistas figuran ecos inteligentes que compiten con profesores de matemáticas, escarabajos desencantados, termitas devoradoras de palabras, peones de ajedrez dispuestos a todo, nubes luchadoras... Bien escritos y provistos de un estilo que hace amena su lectura, imaginativos y, en ocasiones, melancólicos, los cuentos reunidos en Historias de la otra tierra siempre dejan algún tipo de moraleja, generalmente asociada a lo efímero y frágil de la existencia. Entre sus variados protagonistas figuran ecos inteligentes que compiten con profesores de matemáticas, escarabajos desencantados, termitas devoradoras de palabras, peones de ajedrez dispuestos a todo, nubes luchadoras...

Historias de la otra tierra

Existían muchas palabras que el eco arrojaba para que fueran devoradas por el viento. Sólo había que darle pie: situarse al borde del acantilado, llenar bien los pulmones de aire y lanzar un vocablo elegido al azar, a la distancia de un grito. La palabra se despeñaba contra las rocas, dispersándose entre el paisaje, y en ese preciso momento el eco la recogía y, con toda la fuerza de su voz grave, la repetía expulsándola de nuevo para que se la tragara el vacío.