Unas ilustraciones que ahondan en el detalle, que crean una atmósfera mítica y que nos deslumbran por su belleza se aúnan a un texto que conserva el poder evocador de la palabra para transportarnos a un territorio legendario, de aromas arábigos y con un mensaje sapiencial. El álbum trasciende las fronteras de edades y, como las buenas narraciones orales, tiene la capacidad de llegarle a públicos muy diferentes. Todo en él está dispuesto para conseguir esa sensación de embrujo que nos remonta a un escenario fantástico. Unas ilustraciones que ahondan en el detalle, que crean una atmósfera mítica y que nos deslumbran por su belleza se aúnan a un texto que conserva el poder evocador de la palabra para transportarnos a un territorio legendario, de aromas arábigos y con un mensaje sapiencial. El álbum trasciende las fronteras de edades y, como las buenas narraciones orales, tiene la capacidad de llegarle a públicos muy diferentes. Todo en él está dispuesto para conseguir esa sensación de embrujo que nos remonta a un escenario fantástico.

Kahalim el Opulento

Kahalim es rico. Kahalim posee siete palacios repletos de objetos preciosos, sedas, porcelanas y tapices de oro. Siete palacios donde en cada caballeriza hay cien caballos negros que Kahalim nunca monta. Siete palacios blancos, con celosías finamente talladas, coronados por tejados rojizos. Siete palacios en los que hay tantas habitaciones que, para recorrerlas a los lomos de una mula, haría falta un día entero. Algunos incluso dicen que tiene siete veces siete palacios...
¿Y qué no dirán de Kahalim?