¡El dentista es un monstruo!
Esta mañana Misha se ha despertado con un pequeño dolor en la boca.
Como cada jueves, papá la recoge.
Mientras están andando papá mira cómo Misha se pasa la lengua por las encías y se mete los dedos en la boca.
–¿Qué pasa, Misha, te duele algo? –le pregunta papá.
–No pasa nada. Es que a veces me gusta chuparme los dedos. Me trae buenos recuerdos.
Entran en el mercado. A Misha le encanta correr entre los puestos. Compran fruta, queso y pescado. Pero hoy no está tan alegre como siempre.