La autora escribió esta historia para explicar a su hijo por qué dejó morir a sus peces de colores. Fue por error, sólo fue un descuido que tuvo graves consecuencias para los pobres peces. Pero ella nunca habría hecho algo así, porque le encantan los animales, y por eso nos cuenta la historia de su vida con los animales, unos que tuvo y otros que sólo conoció, con anécdotas tristes, divertidas, sentimentales o trágicas. La autora escribió esta historia para explicar a su hijo por qué dejó morir a sus peces de colores. Fue por error, sólo fue un descuido que tuvo graves consecuencias para los pobres peces. Pero ella nunca habría hecho algo así, porque le encantan los animales, y por eso nos cuenta la historia de su vida con los animales, unos que tuvo y otros que sólo conoció, con anécdotas tristes, divertidas, sentimentales o trágicas.

La mujer que mató a los peces

Esa mujer que mató a los peces por desgracia soy yo. Pero os juro que fue sin querer. ¡Tenía que pasarme a mí! ¡A mí, que no tengo valor para matar nada vivo! Hasta dejo de matar alguna cucaracha que otra. Os doy mi palabra de honor de que soy persona de confianza y de que mi corazón es bueno: nunca dejo que un niño o un animal sufran junto a mí. Pero maté a dos pececitos colorados de esos que no hacen mal a nadie y que no son ambiciosos: lo único que quieren precisamente es vivir.