Sin duda los protagonistas de estos relatos son niños prodigios: Melinda, que arrastra la maldición de que a cada mentira que dice le sale un sapo de la boca; Begon, el temible niño con poderes para hacer desaparecer; Wanda, extraordinariamente dotada para dormir y no perder la calma; Balthazar, redondo y ligero como un globo... Un sentido del humor mordaz y satírico recorre este conjunto de relatos protagonizados por niños dotados con alguna insólita cualidad y que se salen de la norma en un entorno social asentado en rancios valores, con mezquinas aspiraciones, y en el que la inteligencia, sobre todo, suele despertar sospechas. Llevadas al extremo, las insólitas peculiaridades de los personajes dan lugar a situaciones surrealistas y jocosas. La agudeza con que se perfilan los retratos sociales, el espíritu crítico y la originalidad de los argumentos redondean esta obra estimulante y divertida.
Sin duda los protagonistas de estos relatos son niños prodigios: Melinda, que arrastra la maldición de que a cada mentira que dice le sale un sapo de la boca; Begon, el temible niño con poderes para hacer desaparecer; Wanda, extraordinariamente dotada para dormir y no perder la calma; Balthazar, redondo y ligero como un globo... Un sentido del humor mordaz y satírico recorre este conjunto de relatos protagonizados por niños dotados con alguna insólita cualidad y que se salen de la norma en un entorno social asentado en rancios valores, con... Seguir leyendo
Escalofriantes historias de niños prodigio
Melinda Milford era una adorable niña rubia. Su madre, Melanie, joven viuda rica, tenía motivos para estar orgullosa de ella. Por desgracia, había una mancha en sus impecables maneras: tenía la costumbre de poner horribles caras. Cuando su madre entraba en la habitación empapelada de rosa de su hija, se encontraba con una criatura que no lograba reconocer como sangre de su sangre. El virtuosismo de la niña era tal, que a Melanie Milford le recordaba a los extraterrestres que solía ver en sus películas de ciencia-ficción favoritas. Al final, decidieron consultar a la tía Mildred, quien vivía en una casa de campo en algún lugar perdido de Costwold...