Intercambio mágico
Sara pasea aburrida por las calles sin nada que hacer. ¡Todo le parece tonto y sin chiste! Patea una piedrita, pero no le atina, y queda justo delante de sus pies. ¡Ah! ¡Esto no es una piedra! Es un gis. ¡Por fin algo que hacer!, piensa Sara. Voy a dibujar.
¿Por qué no me sale? Sara está a punto de aventar el gis cuando ve a Álex jugando a las canicas. Las canicas ruedan una tras otra entre los adoquines hasta caer en un pequeño agujero. ¡Parece divertido! Me gustaría intentarlo, piensa Sara.