El mago descalzo
–¡Padre Benigno! ¡Carta desde Italia, padre Benigno!
–¿Desde Italia? ¡Traiga, traiga! Debe de ser la respuesta del pontífice Benedicto a mi solicitud.
–Es la respuesta del Vaticano, pero no me parece la letra del santo padre... Habrá delegado la correspondencia en otro presbítero. Sí, eso... eso debe ser...
–Ocurre algo, padre Benigno?
–¡Grr!... ¡Pero cómo se atreven esos...
–Padre...
–... esos mercaderes de indulgencias y absoluciones!¡Grr!... ¡Esos amantes de las joyas y los lujos!... ¡Esos... tenores de púlpitos!
–Simón...
–Ah, buenos días, padre Benigno, llega justo a tiempo, mire... estaba a punto de finalizar mi San Miguel Arcángel.