Sesión golfa. Tres cuentos sobre cine
Érase una vez una bruja revieja que no le gustaba nada ser tan anciana. Su irritación con la edad no se debía a que hubiera perdido la memoria, agilidad o poderes maléficos.
NO.
Lo que no podía tolerar era que, con los años, su rostro había ido tomando el aspecto amable y cordial de una viejita venerable e inofensiva, llena de paciencia y experiencia.
Y ella no quería parecer una viejita venerable de ninguna manera. Ella quería parecer lo que era realmente, una bruja perversa, cruel y maligna...