Jutta Richter nos ofrece dos entretenidas, originales y bien escritas historias a las que consigue dar unidad con un solo elemento común: Perro. En una de las historias Lotta y su hermano adoptan a Perro para que no vuelva a vagar solo, dándole cariño y cuidados. Éste les corresponde contándoles la historia de D. Iios el inventor y su amigo Lobkowitz, historia en la que la autora nos obsequia con una original versión del origen de las cosas.
Jutta Richter nos ofrece dos entretenidas, originales y bien escritas historias a las que consigue dar unidad con un solo elemento común: Perro. En una de las historias Lotta y su hermano adoptan a Perro para que no vuelva a vagar solo, dándole cariño y cuidados. Éste les corresponde contándoles la historia de D. Iios el inventor y su amigo Lobkowitz, historia en la que la autora nos obsequia con una original versión del origen de las cosas.
El perro con el corazón amarillo o la teoría de los contrarios

–¿Qué haces ahí? –pregunta el perro.
–Recojo plumas –contesta Lotta, volviéndose hacia él–. ¿Y tú? ¿Qué haces aquí?
El perro parpadea deslumbrado por la luz del sol. Aún es primera hora de la mañana y los rayos caen de refilón. Tampoco calientan mucho.