Uno de los cuentos populares más curiosos, el de la joven que quiere casarse con sus tres pretendientes, aparece aquí reinterpretado por Darabuc con atinados matices de modernidad. Los personajes cuentan con nombres que los individualizan y les otorgan personalidad; además, la inusual decisión de la joven destaca como un ejercicio de libertad. También colaboran en la caracterización de los personajes las estilizadas ilustraciones de Fátima Alonso, que acentúan el aire fantástico y sorprenden por sus cuidadas composiciones.
Uno de los cuentos populares más curiosos, el de la joven que quiere casarse con sus tres pretendientes, aparece aquí reinterpretado por Darabuc con atinados matices de modernidad. Los personajes cuentan con nombres que los individualizan y les otorgan personalidad; además, la inusual decisión de la joven destaca como un ejercicio de libertad. También colaboran en la caracterización de los personajes las estilizadas ilustraciones de Fátima Alonso, que acentúan el aire fantástico y sorprenden por sus cuidadas... Seguir leyendo
¿Tres han de ser?
Sol no era la niña más guapa ni la más fea, ni la más lista ni la más tonta. Era una niña de lo más normal.
Pasaron los años y un día fue a decirle a su madre que se había enamorado y se quería casar.
–¿Y quién es el afortunado? –quiso saber la madre–. De tus tres amigos, ¿a quién has elegido: a Fausto, a Lázaro o a Ícaro?
–¡A los tres, madre!
–¿Qué dices?... ¡Nunca se ha visto tal cosa! –exclamó la madre.