Las siete llaves de Balabad
Bahauddin Shah avanzó a trompicones por el oscuro pasadizo, tanteando el frío muro de piedra para no perder el equilibrio y agachando la cabeza para no toparse con el techo rocoso. El eco le devolvía el sonido de sus propios pasos en la oscuridad y el corazón le latía con fuerza bajo la holgada camisa.
El anciano llevaba colgada del cinturón una gruesa llave de hierro que le pesaba en más de un sentido.
¡El tiempo se agotaba!
Bahauddin sostenía con la mano derecha una pequeña lámpara que proyectaba su sombra contra la pared de color púrpura que se erguía ante él, haciendo que su rostro pareciera increíble de tan largo y su barba más poblada...