El diario de Marta la rara
Siempre he creído que escribir un diario era una auténtica antigualla, algo así como guardar flores secas entre las páginas de un libro o mechones de pelo en un guardapelo de plata. ¡Vamos, como diría mi abuela, una costumbre ancestral! ¿O es que no es una estupidez contarle a un papel lo triste que estás porque Paula no te invitó a su cumpleaños, o porque el bestia de tu hermano te a dado un sopapón que te ha dejado grogui...?