Rasmus y el vagabundo

Rasmus estaba en lo alto del tilo, sentado en su rama favorita, pensando en todo lo que no debiera existir en el mundo. ¡Lo primero, las patatas! Aunque hay que reconocer que, bien guisadas y con una buena salsa, no están mal para cenar los domingos. Lo malo es que crecen por todas partes, por lo cual hay que escardar las plantas y cubrirlas con tierra ¡Una auténtica bendición de Dios!