Este libro reúne cinco cuentos, cada uno de ellos asociado al color que les da nombre. Dicho de este modo podría pensarse en relatos previsibles. Sin embargo, nada de eso sucede aún con un diablo enamorado de la vendedora de manzanas como protagonista de “Rojo”; o un deshollinador visitado por una mujer vestida de luto en “Negro”.
Al cuidadoso respeto tanto de las estructuras tradicionales de los cuentos como de la construcción de sus personajes, previsibles hasta en su color, se le suma la potente fuerza narrativa de Liliana Bodoc para tomar temas como el amor, la muerte o el azar. Es quizás justamente allí donde reside el eficaz encanto de estos relatos.
Bodoc nos cuenta que, cuando niña, inventaba versos en colores con su padre. Pero sin nombrarlos. ¿Será por eso que ella sabe pintar las historias?
La suya es una de las voces argentinas imprescindibles. Una de las más certeras para tomar los viejos temas -los únicos que de verdad importan más allá de las fronteras de las edades o los países- y decirlos de manera elocuente para cada lector.
Este libro reúne cinco cuentos, cada uno de ellos asociado al color que les da nombre. Dicho de este modo podría pensarse en relatos previsibles. Sin embargo, nada de eso sucede aún con un diablo enamorado de la vendedora de manzanas como protagonista de “Rojo”; o un deshollinador visitado por una mujer vestida de luto en “Negro”.
Al cuidadoso respeto tanto de las estructuras tradicionales de los cuentos como de la construcción de sus personajes, previsibles hasta en su color, se le suma la potente fuerza narrativa de Liliana... Seguir leyendo
Sucedió en colores
Ocurrió cuando el diablo abandonó sus fuegos por una vendedora de manzanas.
En ese tiempo, muy lejano de este día, los mercados callejeros eran el corazón del mundo.
Cada ciudad tenía un mercado lleno de colores, olores y ruidos donde la gente se reunía a vender y comprar, a discutir sobre klos reyes, los eclipses y las cosechas… Y a enterarse de las últimas noticias.