En Duerme, niño, duerme Laura Herrera apuesta por transformar una canción de cuna inglesa y adaptarla al mundo chilote. El resultado, en verso simple y directo, es entretenido y se sigue con facilidad. Como todos los cuentos para ir a dormir, éste intenta dar tranquilidad a un niño que se preocupa por el fin del día y la llegada de la noche. Las ilustraciones se mueven con relativa libertad en relación al texto, lo que multiplica las capas de sentido y enriquece el texto.
En Duerme, niño, duerme Laura Herrera apuesta por transformar una canción de cuna inglesa y adaptarla al mundo chilote. El resultado, en verso simple y directo, es entretenido y se sigue con facilidad. Como todos los cuentos para ir a dormir, éste intenta dar tranquilidad a un niño que se preocupa por el fin del día y la llegada de la noche. Las ilustraciones se mueven con relativa libertad en relación al texto, lo que multiplica las capas de sentido y enriquece el texto.
Duerme, niño, duerme
Duerme, niño, duerme.
No llores en la noche oscura