Este impactante libro ilustrado cuenta la historia de Clarice, una mujer socialmente marginada y pobre que añora volver a casa. José Rosero combina textos breves que se remiten a los cuentos de hadas al hablar de palacios y princesas, con ilustraciones contrastantes que muestran una cruda realidad y cargan a la obra de ironía y tensión. Las ilustraciones conjugan magistralmente acuarelas de espacios urbanos desolados, con la imagen apenas trazada con tinta negra de una mujer arrugada, amarga y sin esperanzas.
En un relato evidentemente metafórico, Clarice dice necesitar un vestido de reina para volver a casa vestida a la altura de su imagen pero la ilustración inmediatamente desmiente la ilusión mostrando a una mujer descalza tirada en una acera de la calle que cose su vestido con retazos de tela, plástico y cartón, los desechos mismos de la ciudad, mientras le habla a su única compañía, las palomas que buscan migajas en el asfalto.
Un libro para reflexionar sobre la realidad social desfavorable y las formas de vida precarias que sobrellevan algunos.
Este impactante libro ilustrado cuenta la historia de Clarice, una mujer socialmente marginada y pobre que añora volver a casa. José Rosero combina textos breves que se remiten a los cuentos de hadas al hablar de palacios y princesas, con ilustraciones contrastantes que muestran una cruda realidad y cargan a la obra de ironía y tensión. Las ilustraciones conjugan magistralmente acuarelas de espacios urbanos desolados, con la imagen apenas trazada con tinta negra de una mujer arrugada, amarga y sin esperanzas.
En un relato evidentemente... Seguir leyendo
Clarice era una reina
Ese día Clarice quiso volver a casa. Ya conocía suficiente sobre el aire de afuera y sobre los matices del gris, que se extendían en el suelo como caminos. Ya podía reconocer en esas grietas los tonos del frío. Ese día Clarice quiso volver porque Clarice era una reina. "Primero una princesa y después una reina", les decía a las palomas.