Dos embarcaciones que naufragan en medio de una extraña tormenta. Una montaña que emerge del mar. Dos adolescentes que parecen destinados a encontrarse en un lugar extraordinario y que juntos serán los únicos capaces de descubrir los secretos que encierra la milenaria Laridia. Una novela donde sus personajes principales, Martín y Maite muestran sus sentimientos, sus emociones, sus temores y su coraje. Plena de acción, peligros, aventura, y también de solidaridad, amistad incondicional y reencuentros inesperados. Ganadora del Premio Bartolomé Hidalgo 2012.
Dos embarcaciones que naufragan en medio de una extraña tormenta. Una montaña que emerge del mar. Dos adolescentes que parecen destinados a encontrarse en un lugar extraordinario y que juntos serán los únicos capaces de descubrir los secretos que encierra la milenaria Laridia. Una novela donde sus personajes principales, Martín y Maite muestran sus sentimientos, sus emociones, sus temores y su coraje. Plena de acción, peligros, aventura, y también de solidaridad, amistad incondicional y reencuentros inesperados. Ganadora del Premio... Seguir leyendo
La leyenda de Laridia
La tormenta.
Martín observaba con preocupación cómo su abuelo luchaba sin éxito contra la tormenta. El pequeño velero se movía sin cesar mientras las olas castigaban con fuerza la cubierta.
-Te dije que esperaras abajo- rezongó Pedro, al ver que su nieto intentaba ayudarlo. Martín no estaba dispuesto a dejarlo solo. Desde que era pequeño le acompañaba todos los veranos en las travesías por el mar. Cada año, después de terminar las clases, empezaban una nueva aventura juntos. Se embarcaban en el María Bonita, y recorrían diferentes puertos y ciudades hasta mediados del mes de febrero.
-¿No escuchaste lo que te dije? – Lo tomó del brazo y lo obligó a descender por las escaleras en dirección a la cabina.
-Pero, Abuelo, ¡ya tengo edad suficiente como para ayudarte! –protestó-. ¡No me trates como a un niño!
Pedro no respondió. Sabía que Martín ya no era un niño, acababa de terminar segundo año de liceo; pero no podía permitir que algo le sucediera. Esa no era una tormenta como cualquier otra; la había estado esperando por muchos años…