Publicada en el año 1962, el segundo capítulo de la trilogía protagonizada por Karlsson, un personaje fantástico que acompaña a Lillebror en sus momentos de soledad, destila ternura con una trama familiar e imaginativa para captar a las nuevas generaciones. La sugerente presencia de este hombrecillo no solo alegra la vida del personaje principal (si no fuera por él se pasaría las horas muertas alejado de sus hermanos, aburrido y sin ideas); también la de todo aquel que se atreva a seguir el ritmo de otra de las grandes obras de Astrid Lindgren, en este caso reimaginada bajo las ilustraciones en blanco y negro de Ayesha L. Rubio. Una divertida incursión en la vida cotidiana de aquel Estocolmo de mediados del siglo XX en el que la autora invita a mirar más allá y descubrir nuevos horizontes del frio archipiélago del Mar Báltico, donde es posible desde cruzarse con un ¿fantasma? hasta disfrutar de una merienda con bollos en el porche.
Publicada en el año 1962, el segundo capítulo de la trilogía protagonizada por Karlsson, un personaje fantástico que acompaña a Lillebror en sus momentos de soledad, destila ternura con una trama familiar e imaginativa para captar a las nuevas generaciones. La sugerente presencia de este hombrecillo no solo alegra la vida del personaje principal (si no fuera por él se pasaría las horas muertas alejado de sus hermanos, aburrido y sin ideas); también la de todo aquel que se atreva a seguir el ritmo de... Seguir leyendo
Karlsson vuela de nuevo
El mundo es muy grande y hay muchas casas en él. Casas grandes y pequeñas, casas bonitas y feas, casas viejas y nuevas. Y luego está la casa pequeñita de Karlsson en el tejado. Karlsson piensa que es la mejor casa del mundo, perfecta para el mejor Karlsson del mundo. Lillebror también lo cree así.