A partir de las impresiones del único testimonio gráfico que se conserva de Emily Elizabeth Dickinson, un daguerrotipo -primera técnica fotográfica usada para captar imágenes mediante una cámara-; que se le realizó a los dieciséis años, Jesús Marchamalo reconstruye la biografía, con la elegante prosa a la que nos tiene acostumbrados, de la que está considerada una de las más importantes poetas de la literatura norteamericana del XIX. Su vida estuvo condicionada por un confinamiento voluntario durante dos décadas en las que se centró en el cuidado de las plantas, la escritura y la repostería, mostrando una personalidad, sin embargo, interesada en la comunidad (compartía sus galletas con los niños a través de una cesta que descendía desde la ventana de su habitación, participó en un concurso de pan que ganó...) Pero no toda su existencia transcurrió entre las cuatro paredes, el ecosistema cercano fue testigo de paseos en el que demostró su pasión por la botánica (confeccionó un hermoso herbario); y que cimentaron amores platónicos (un reverendo, su cuñada), relaciones que generaron una rica correspondencia y fueron base para los versos que han cautivado a generaciones, en buena parte conocidos gracias al apoyo del editor Thomas W. Higginson, quién a pesar de impulsar a jóvenes creadores como ella nunca comprendió del todo esa poesía "quebrada y sinuosa", una producción prolífica que brotaba torrencialmente y en el que quedaban subrayadas las palabras que ejercen de termómetro en su obra: muerte, vida, amor, flor... Al igual que en el resto de la colección, una fascinante secuencia de semblanzas de grandes autores de la literatura universal, Antonio Santos acompaña el texto, editado en pequeño formato, con una colección de imágenes en las que despliega su arte personal, en blanco y negro y con claras reminiscencias del arte africano o del imaginario infantil.
Obras de Emily Dickinson en CL
Obras de Jesús Marchamalo en CL
Obras de Antonio Santos en CL
A partir de las impresiones del único testimonio gráfico que se conserva de Emily Elizabeth Dickinson, un daguerrotipo -primera técnica fotográfica usada para captar imágenes mediante una cámara-; que se le realizó a los dieciséis años, Jesús Marchamalo reconstruye la biografía, con la elegante prosa a la que nos tiene acostumbrados, de la que está considerada una de las más importantes poetas de la literatura norteamericana del XIX. Su vida estuvo condicionada por un... Seguir leyendo
DICKINSON Y LAS VIOLETAS
La única imagen que se conserva de ella es un daguerrotipo de cuando tenía apenas dieciséis años. Uno de esos retratos antiguos, de una solemnidad envarada, que parecen llegarnos de un pasado remoto y fantasmal.
La incipiente fotografía, ese milagro entonces, todavía, requería de largos tiempos de exposición y por tanto de inmovilidad.