¿Sabes una cosa?
Nací el 14 de julio, y descubrí que la vida no siempre es lo que parece cuando tuve que reconocer que los fuegos artificiales no eran en mi honor.Cada año, después de mi cena de cumpleaños, salíamos a la calle toda la familia e íbamos hasta la plaza del ayuntamiento, para ver subir los cohetes de todos los colores petardeando en la oscuridad. Mis padres nunca me dijeron que fueran los organizadores, pero como es natural, después de los regalos y de las velas de la tarta, yo consideraba que los fuegos artificiales eran mi fin de fiesta.