Disparatadas aventuras de una pandilla de inquietos adolescentes, dispuestos a probar cualquier propuesta que les permita "animar" su aburrida vida cotidiana. En este caso, la aventura les llega por Internet: un juego muy sugerente, pero todavía experimental, al que no pueden resistirse. El autor utiliza el recurso de la narración en primera persona -el que cuenta la peripecia es Jiggy, el mismo protagonista de Los calzoncillos asesinos)- para establecer la complicidad con el lector y meterle de lleno en una historia descabellada y exagerada hasta la caricatura, pero muy convincente y con notable efecto cómico.
Disparatadas aventuras de una pandilla de inquietos adolescentes, dispuestos a probar cualquier propuesta que les permita "animar" su aburrida vida cotidiana. En este caso, la aventura les llega por Internet: un juego muy sugerente, pero todavía experimental, al que no pueden resistirse. El autor utiliza el recurso de la narración en primera persona -el que cuenta la peripecia es Jiggy, el mismo protagonista de Los calzoncillos asesinos)- para establecer la complicidad con el lector y meterle de lleno en una historia descabellada y exagerada hasta la... Seguir leyendo
Tira de la cadena
¿Has tenido alguna vez la sensación de que tu vida se ha ido por la taza del váter? Yo sí. Y no ha sido una simple sensación. Tuve un mal presentimiento nada más levantarme aquel domingo por la mañana, aunque si hubiese tenido la menor idea de lo que se me venía encima, habría saltado por la ventana sobre el rosal favorito de mi madre y lo habría destrozado en aquel mismo momento.Pero antes de llegar al "gran cisternazo", más vale explicar cómo empezó todo.