El rey atolondrado y otros cuentos estrafalarios

Un buen día, estaba un granjero segando el trigo cuando le pareció oír un llanto lejano. Siguió siega que te segarás, pero los sollozos fueron cobrando más y más fuerza hasta que, cuando le quedaba ya sólo una gavilla de trigo segar, le dio la impresión de que el llanto salía de su interior. Ni corto ni perezoso, miró dentro y, sí, se encontró con una criatura hecha de tallos de trigo que se deshacía en lágrimas.
–Pero ¿qué te pasa? –preguntó el granjero.