El Clan. Segunda parte.
La historia de KONo llovía. Luna tras luna tras luna, el cielo conservó el mismo azul profundo. El sol los abrasaba durante todo el día. Las noches eran muy frías, pero no se formaba rocío.
Los pastos se secaron, se quedaron sin semillas. Las raíces que la gente podía comer se consumieron en el suelo. Si nacían nueces, las cáscara estaba vacía.