La princesa de la torre espera cada día la llegada del pájaro negro. Es él quien va descubriéndole el mundo entero: el viento que acompaña su vuelo, la inmensidad del mar, la belleza de la nieve, la oscuridad de la noche. Cada palabra sugiere mil imágenes, recuerdos, ecos y silencios. Las ilustraciones comparten el mismo tono poético y sutil. Crean ambientes oníricos que animan al lector a recrear un mundo poético.La princesa de la torre espera cada día la llegada del pájaro negro. Es él quien va descubriéndole el mundo entero: el viento que acompaña su vuelo, la inmensidad del mar, la belleza de la nieve, la oscuridad de la noche. Cada palabra sugiere mil imágenes, recuerdos, ecos y silencios. Las ilustraciones comparten el mismo tono poético y sutil. Crean ambientes oníricos que animan al lector a recrear un mundo poético.
El pájaro y la princesa
Todos los días, la princesa de la torre tomaba su libro, se asomaba a sus páginas sin palabras y esperaba la llegada del pájaro. Su libro, aún sin escritura, guardaba todos los silencios. El pájaro negro acudía al encuentro, tenía para contar el mundo entero.