El paraguas poético
Imaginad un paraguas. ¿Dónde está la poesía de ese objeto? Así visto, con su color negro y su puño malencarado, no parece dejar ningún resquicio a la poesía. Incluso ese varilla suelta le aporta un aire de desvalimiento poco agraciado. Imaginad, en cambio, el paraguas en la mano de un joven estudiante y una lluvia que de repente se desata a la salida del instituto. Podemos ver que la lluvia deja un brillo en el suelo y que una muchacha se entretiene en mirar el reverbero de las luces, sin atreverse a salir, mientras escampa. Imaginad que el joven estudiante sale retrasado, cuando ya no queda nadie en los pasillos, y halla en la puerta a la joven temeaguas.