Sin necesidad de un narrador, únicamente con expresivas ilustraciones sobre un fondo plano y el texto de la acalorada discusión de los protagonistas, que se resalta mediante la tipografía, se expone con gracia algo tan familiar para los niños como son los enfados con los amigos, que resultan verdaderamente cómicos desde esta perspectiva desdramatizadora. Buen remedio para reconciliar amigos.Sin necesidad de un narrador, únicamente con expresivas ilustraciones sobre un fondo plano y el texto de la acalorada discusión de los protagonistas, que se resalta mediante la tipografía, se expone con gracia algo tan familiar para los niños como son los enfados con los amigos, que resultan verdaderamente cómicos desde esta perspectiva desdramatizadora. Buen remedio para reconciliar amigos.
Verdaderos amigos
¿Qué está pasando aquí? ¡Éste me ha tirado la mochila! ¡Éste me ha tirado la gorra! ¡Éste me ha aplastado su bocadillo en la cara! ¡Pero éste restregó sus mocos en mi cazadora!