El cuento de Navidad

Ebenezer Scrooge era un hombre avaro. Tenía el corazón más frío que el hielo y no sentía piedad hacia los necesitados. Todo el vecindario conocía a aquel tendero ruín, agrio y tacaño. Lo era tanto que cuando murió el viejo Jacob Marley, su socio, Scrooge corrió a abrir la tienda al finalizar el entierro para no perder clientela. Aunque todo el mundo lo conocía bien, de vez en cuando algún despistado...