A Caillou le gusta jugar con su hermana, pero está dormida. Por ese motivo decide hacerlo con su perro. El problema es que Gilbert no quiere jugar a los disfraces ni que le lean un cuento; le gusta que le lancen la pelota. El libro descubre al lector la importancia que tiene respetar los hábitos y costumbres de los otros, en este caso de una mascota.A Caillou le gusta jugar con su hermana, pero está dormida. Por ese motivo decide hacerlo con su perro. El problema es que Gilbert no quiere jugar a los disfraces ni que le lean un cuento; le gusta que le lancen la pelota. El libro descubre al lector la importancia que tiene respetar los hábitos y costumbres de los otros, en este caso de una mascota.
Caillou y Gilbert
Un día, Caillou estaba muy entretenido dibujando un gran gato morado con bigotes verdes. –Estoy harto de pintar. Ahora quiero jugar con alguien –dijo Caillou, soltando los lápices de colores y yendo en busca de su hermana Rosie. En el cuarto de Rosie no se oía ningún ruido. Las persianas estaban bajadas y Rosie dormía profundamente.