Una vieja rata vieja pone en funcionamiento ciertas tretas para quedarse y comerse el trozo de queso que dos jóvenes ratones acaban de encontrar, pero al final, auque lo consigue, le ocurre algo terrible. Un cuento bien ilustrado y mejor contado para demostrar que la experiencia frente a la ingenuidad no siempre lleva las de ganar.
Una vieja rata vieja pone en funcionamiento ciertas tretas para quedarse y comerse el trozo de queso que dos jóvenes ratones acaban de encontrar, pero al final, auque lo consigue, le ocurre algo terrible. Un cuento bien ilustrado y mejor contado para demostrar que la experiencia frente a la ingenuidad no siempre lleva las de ganar.
Dos ratones, una rata y un queso
Aquel ratón tenía hambre, mucha hambre, y cuando se encontró aquel enorme trozo de queso al que poder hincar el diente, descubrió también que no estaba solo para disfrutarlo. La disputa estaba servida. En ese preciso instante apareció una rata vieja y astuta que les propuso a los dos contrincantes una solución que resultó ser un poco extraña.