El muñeco que anunció la Navidad

Aitor se ha quedado solo, con su genio y figura, con un gallo y seis gallinas, cinco ovejas, una vaca y un maravilloso perro que, si ya está harto, le trae algún conejo de los que caza.
-Bien, Labrit, aún te portas como un jabato -le dice el viejo, mientras le acaricia el lomo, agradecido, y tiende un saco a sus pies para que duerma.
Este perro es el único cariño que le queda a Aitor; pero también a él le van pesando los años.