El protagonista de esta historia, sencilla y tierna, se atreve a buscar la música en el desierto. Para encontrarla logra plantar y sacar adelante una flor. La más impresionante y preciosa flor que quepa imaginar. Los habitantes de su árido y silencioso pueblo creen que se ha vuelto loco, pero pronto deben resignarse, y disfrutar de los cantos de los pájaros que acuden a posarse sobre la preciosa flor. En este pequeño álbum para niños y grandes, el autor nos recuerda la magia que podemos crear si logramos luchar por nuestros sueños.
El protagonista de esta historia, sencilla y tierna, se atreve a buscar la música en el desierto. Para encontrarla logra plantar y sacar adelante una flor. La más impresionante y preciosa flor que quepa imaginar. Los habitantes de su árido y silencioso pueblo creen que se ha vuelto loco, pero pronto deben resignarse, y disfrutar de los cantos de los pájaros que acuden a posarse sobre la preciosa flor. En este pequeño álbum para niños y grandes, el autor nos recuerda la magia que podemos crear si logramos luchar por nuestros... Seguir leyendo
El señor G.
El señor G nació, creció y vivió toda su vida en un pueblo.Un pueblo envuelto en un gran silencio. Este es el señor G. Y este es su pueblo. Un pueblo pequeño y seco en medio de un desierto aún más seco. Para todo el mundo, el señor G era un buen vecino, porque siempre saludaba amablemente.
–¿Cómo le va? –decía.
Y los vecinos contestaban:
–Muy bien, ¿y a usted?
Y estos son algunos de los vecinos.
Pero una tarde los vecinos vieron que el señor G estaba un poco raro. Y se paseaba por las calles murmurando por lo bajo.