El manuscrito de las bestias
Estimado señor:Le ruego que me excuse. No he tenido la suerte de recibir una buena educación y nadie me ha enseñado nunca las formas de cortesía que deben usarse para dirigirse a alguien como usted. No quiero molestarle. Sus ocupaciones diarias deben sustraerle mucho tiempo. Desgraciadamente, no puedo ser breve en el asunto que me obliga a ponerme en contacto con usted. Cuando ya falta poco para reencontrarme con el Todopoderoso y reprocharle los desafortunados episodios que han hecho de la mía una vida llena de miserias, quiero dejar constancia de ello en los últimos días de mi existencia. Soy ya anciana, pero los recuerdos me atormentan con vivacidad.