Ahora puedo verte y otros relatos
«¿Dónde estará todo el mundo?», se preguntaba Michael Lewis mientras corría el camino en bicicleta. Hacía unos diez minutos que había salido de su nueva casa, la granja Axby, en dirección al colegio, y durante ese lapso tan solo había visto un vehículo por el camino: un tractor entrando en una de las angostas carreteras rurales que serpenteaban entre campos y colinas que rodeaban la granja.