Empezaron compartiendo calle y crecieron descubriendo el mundo. Estaban unidos por la magia de las pequeñas cosas, el placer de los juegos bañados por la brisa del mar y abrigados por la montaña. Y, de repente, la vida quiso que todo aquello se convirtiera en recuerdo. Pero cuando hay sentimientos tan puros y secretos tan intensos para guardar, las historias no finalizan nunca. Tampoco el lector querrá que termine este bellísimo relato, cincelado con ilustraciones mágicas en tonos pastel, un proyecto gráfico apasionante que fusiona recuerdos infantiles con imágenes evocadoras. Un dulce exquisito cargado de sensibilidad.
Empezaron compartiendo calle y crecieron descubriendo el mundo. Estaban unidos por la magia de las pequeñas cosas, el placer de los juegos bañados por la brisa del mar y abrigados por la montaña. Y, de repente, la vida quiso que todo aquello se convirtiera en recuerdo. Pero cuando hay sentimientos tan puros y secretos tan intensos para guardar, las historias no finalizan nunca. Tampoco el lector querrá que termine este bellísimo relato, cincelado con ilustraciones mágicas en tonos pastel, un proyecto gráfico... Seguir leyendo
Los días felices
Este es Jacob.
Y este soy yo.
Vivíamos en la misma calle,
en un pueblo que empezaba en una colina
y acababa en un mar movido,
lleno de surfistas desafiando las olas.
O al revés: empezaba en el mar
y acababa en una colina, no lo sé.