La protagonista de esta historia, una joven neurótica que posee un gran “mundo interior”, siente que una permanente amenaza, La Dimensión, asola su existencia. Al hacer el desayuno, una mañana cualquiera, se topa con un objeto, una lata de melocotón en almíbar, que sirve como magdalena proustiana para evocar el recuerdo del abuelo, una persona muy especial en su vida a quien dibuja en los últimos años de existencia. Ese universo paralelo tiene algunos puntos de conexión con las sensaciones del anciano. un original y conmovedor relato, enmarcado en un halo de tristeza, escrito y dibujado por la pareja de artistas con gran sensibilidad. El texto, distribuido en largas estrofas y presentado en una tipografía de color naranja, respira en su fusión con las imágenes, deteniéndose en grandes planos que recogen con naturalidad la esencia de esos días cotidianos de la joven. Un álbum al que es necesario acceder con cierto bagaje lector que trastoca los sentimientos. Bien sabido es que la añoranza a veces surge en los más insospechados rincones…
La protagonista de esta historia, una joven neurótica que posee un gran “mundo interior”, siente que una permanente amenaza, La Dimensión, asola su existencia. Al hacer el desayuno, una mañana cualquiera, se topa con un objeto, una lata de melocotón en almíbar, que sirve como magdalena proustiana para evocar el recuerdo del abuelo, una persona muy especial en su vida a quien dibuja en los últimos años de existencia. Ese universo paralelo tiene algunos puntos de conexión con las sensaciones del anciano.... Seguir leyendo
Almíbar
Se había recluído tanto en sí misma que a veces se sentía transportada a un universo propio. Ella lo llamaba La Dimensión: un universo paralelo donde las consecuencias fatales de cada decisión que tomaba se hacían realidad por un segundo.