La colina de los trols
Peer Ulfsson estaba junto a la pira funeraria de su padre observando tristemente las chispas que se elevaban como millones de espíritus refulgentes y atravesaban como rayos la oscuridad. Mareado pero incapaz de apartar la mirada, perseguía con la vista la brillante trayectoria de las pavesas que las llamas desprendían... El fuego lo engullía todo como un monstruo hambriento haciendo crujir las ramas secas, silbando y escupiendo en la madera verde, lamiendo las gotas de resina de los sangrantes tarugos de madera de pino.