La cerillera

El día de Año Viejo, el último día del año, hacía mucho frío y las calles de la pequeña ciudad estaban completamente oscuras. La gente permanecía en sus casas calientes y a través de las ventanas podía verse brillar las luces de los árboles de Navidad. El olor a pavo asado llegaba hasta las calles. Estaba nevando.