El guardián del olvido
Aquel día no iba a ser igual que los demás.
Como tantas mañanas, Gabriel caminaba deprisa hacia el colegio. Pero en la bolsa llevaba algo precioso: su peonza china. Era de hojalata, estampada en vivos colores. Al girar, lanzaba alegres notas al aire. Gabriel nunca había visto otra igual.
'Durante le recreo la bajaré al patio', pensaba al llegar a la escuela.
Analisa estaba asomada a una ventana. Era la alumna más misteriosa del colegio. Había llegado ya empezado el curso, y faltaba muy a menudo...