Montaraces. Las ruinas de Gorlan
Morgarath, señor de las Montañas de la Lluvia y la Noche, antiguo barón de Gorlan en el reino de Araluen, contemplaba el paisaje de su inhóspito dominio barrido por el viento y la lluvia y, quizás por milésima vez, maldijo.
Esto era todo cuanto le quedaba ahora: un cúmulo de abruptos acantilados de granito, pedregales y montañas heladas; de escarpados desfiladeros y angostos pasos pronunciados; de grava y roca, sin un árbol o signo de verdor que rompiera la monotonía.
Aunque habían transcurrido quince años desde que le obligaron a retirarse a este imponente reino que se había convertido en su prisión, aún podía recordar los agradables claros verdes...