El ombligo de Juanito
Juanito tenía cuatro años, cuatro meses y cuatro días. A la hora del baño, papá le frotaba las orejas, las rodillas, los codos y los pies. Había que darse prisa porque mamá, que había ido a buscar huevos y patatas a casa de tía Maruja, estaba a punto de llegar. Tenía mucha hambre y a los dos les encantaba la tortilla de patatas. Juanito se frotaba con jabón. De pronto gritó:
–¡Papá, se me ha hundido el dedo en la barriga!