Barrotes de bambú
A Céline la vida no le resultaba muy divertida y nadie entendía el por qué. Era guapa, sacaba buenas notas y estaba en la flor de la vida; de corta estatura, sin ser demasiado baja, tenía un buen tipo. Su piel era fina, y cuando tomaba el sol se ponía morena rápidamente. Sus ojos oscuros podían centellear de ira, pero rara vez lo hacían; entonces las comisuras de sus labios se arqueaban hacia abajo. Las personas que la conocían y la querían decían que debía sufrir depresiones; y las más críticas aseguraban que era una aguafiestas.