La cerda
Fue la cerda la que despertó al abuelo la mañana en que murió la abuela. Estaba chillando en el jardín. El ruido no lo despertó de inmediato sino que se deslizó en sus oídos y le produjo un sueño. Soñó que había vuelto a Glasgow, al matadero donde trabajaba con la abuela. Entonces eran apenas adolescentes, pero en el sueño estaban ya viejecitos, encorvados y llenos de arrugas. El abuelo estaba intentando matar a un cerdo.