Seis siniestros barbudos recorren las tiendas de la ciudad, compran y se van en extraños y originales vehículos. Los vecinos están asustados y con sus suspiros les despeinan las barbas: “¡Aquellos barbudos no podían buscar nada bueno!”. Un álbum que nos enseña que las apariencias pueden engañar y que no todo es lo que parece, pues muchas veces los prejuicios distorsionan la realidad. Un esquema repetitivo y unas enigmáticas ilustraciones que van dejando numerosas pistas sobre la verdadera identidad de los personajes completan la historia.
Seis siniestros barbudos recorren las tiendas de la ciudad, compran y se van en extraños y originales vehículos. Los vecinos están asustados y con sus suspiros les despeinan las barbas: “¡Aquellos barbudos no podían buscar nada bueno!”. Un álbum que nos enseña que las apariencias pueden engañar y que no todo es lo que parece, pues muchas veces los prejuicios distorsionan la realidad. Un esquema repetitivo y unas enigmáticas ilustraciones que van dejando numerosas pistas sobre la verdadera identidad de los... Seguir leyendo
Seis barbudos
Seis barbudos entraron en una panadería. El panadero se cayó del susto. Los clientes estaban aterrorizados. ¡Aquellos barbudos no podían buscar nada bueno! Los seis barbudos compraron seis barras de pan. El panadero y los clientes suspiraron aliviados; pero, con el aire de los suspiros, despeinaron las barbas. Por eso, al salir de la panadería, los seis barbudos tuvieron que peinárselas.