Espléndido álbum venido del Japón que brilla por la sencillez de su propuesta narrativa –el deseo de aprender de un pollito–, la alegría que se desborda en el juego de intercambio comunicativo con los otros animales del bosque y por las exquisitas ilustraciones, de una estética próxima al naturalismo, que constituyen un regalo para los sentidos por la belleza plástica de los colores difuminados, los constantes guiños humorísticos y la expresividad de los personajes.Espléndido álbum venido del Japón que brilla por la sencillez de su propuesta narrativa –el deseo de aprender de un pollito–, la alegría que se desborda en el juego de intercambio comunicativo con los otros animales del bosque y por las exquisitas ilustraciones, de una estética próxima al naturalismo, que constituyen un regalo para los sentidos por la belleza plástica de los colores difuminados, los constantes guiños humorísticos y la expresividad de los personajes.
Pío-pío
«¡Pío! ¡Me voy a pasear!», dice el pollito. «¡Pío-pío!» «¡Buenos días, ratoncito! Hacemos un cambio, ¿vale? ¿Si yo te digo pío, tú qué me dices?» «¡Yo te digo ric!» «¡Pío-pío!» «¡Ric-ric!» «¡Buenos días, cerdito! Hacemos un cambio, ¿vale? ¿Si yo te digo ric, tú qué me dices?» «¡Yo te digo oing!»