A un niño lo invita Juan a su cumpleaños, no sabe por qué, pues jamás han cruzado palabra. Tan pronto llega, se encuentra con la piñata más grande que ha visto jamás. El festejado le venda los ojos y entre gritos y la oscuridad, no sabe si le ha dado. De pronto, todo es silencio, ¿dónde está?
Un original y sorpresivo relato donde se muestra el lado oscuro de las piñatas rotas.
A un niño lo invita Juan a su cumpleaños, no sabe por qué, pues jamás han cruzado palabra. Tan pronto llega, se encuentra con la piñata más grande que ha visto jamás. El festejado le venda los ojos y entre gritos y la oscuridad, no sabe si le ha dado. De pronto, todo es silencio, ¿dónde está?
Un original y sorpresivo relato donde se muestra el lado oscuro de las piñatas rotas.
Piñatas
No sé por qué voy al cumpleaños de Juan, si él ni siquiera me habla.
Es más: hasta que me invitó a su fiesta, ni siquiera sabía que me conocía.
En resumen, creo que no le caigo bien.
-Hola Juan! ¡Feliz cumpleaños!- le digo
(¡Ni miró el regalo!)
Y me dice:
-¡Llegas justo para romper la piñata!
(Lo que me temía: ¡salvajadas!)