Profesiones, animales, plantas, escenas de la vida cotidiana… La historia parece una sucesión de amables y coloristas imágenes, sin embargo, si afinamos nuestra agudeza visual encontraremos en cada página una invitación al juego. El mismo personaje se esconde una y otra vez en los lugares más inusitados. En manos del lector está que las mismas estructuras, personajes y decorados adquieran nuevos matices gracias a la presencia constante de una espiral que sigue dando el mismo juego, generación tras generación, más de cincuenta años después. Las ilustraciones siguen los patrones tradicionales que han hecho inconfundibles los trabajos del célebre autor, galardonado con la Medalla de Oro de la Sociedad de Ilustradores y el Premio Hans Christian Andersen a finales de los 90.
Profesiones, animales, plantas, escenas de la vida cotidiana… La historia parece una sucesión de amables y coloristas imágenes, sin embargo, si afinamos nuestra agudeza visual encontraremos en cada página una invitación al juego. El mismo personaje se esconde una y otra vez en los lugares más inusitados. En manos del lector está que las mismas estructuras, personajes y decorados adquieran nuevos matices gracias a la presencia constante de una espiral que sigue dando el mismo juego, generación tras generación, más de... Seguir leyendo