Como señala la autora bromeando, casi todos los perros se parecen a sus dueños (¿o era al revés?); excepto en el caso de Leonora y Carmelo. Sus vidas, y sus mascotas, van a cruzarse un día de lluvia, en un parque del barrio. Pero el intercambio no produce los frutos esperados y una amarga sensación de añoranza invade a nuestros protagonistas, un sentimiento que se transforma en felicidad en el momento en el que son conscientes de la importancia de vivir en libertad y sin complejos. Editado siguiendo la política habitual, páginas de gramaje especial producidas sin agua (ni tala de árboles en los procesos de fabricación), esta opción permite una textura original, impermeable y resistente, que propicia el disfrute de nuevos matices. Las ilustraciones, centradas en representar a los personajes y los coloristas escenarios urbanos en los que transcurre la acción, permiten amplificar los sentimientos y sensaciones que viven los protagonistas, tanto humanos como animales.
Como señala la autora bromeando, casi todos los perros se parecen a sus dueños (¿o era al revés?); excepto en el caso de Leonora y Carmelo. Sus vidas, y sus mascotas, van a cruzarse un día de lluvia, en un parque del barrio. Pero el intercambio no produce los frutos esperados y una amarga sensación de añoranza invade a nuestros protagonistas, un sentimiento que se transforma en felicidad en el momento en el que son conscientes de la importancia de vivir en libertad y sin complejos. Editado siguiendo la política habitual,... Seguir leyendo
¡Les importa un pepino!
Si uno va andando por las calles y los parques de la ciudad, verá que todos los perros se parecen a sus dueños. ¿O tal vez sea al revés , y son los dueños los que se parecen a sus perros?
El perro salchica de Antón es igual de alegre e insolente que él.