Si hay algo que está fuera de toda duda es que el ingenio del recientemente fallecido Tomi Ungerer no tenía fin. La historia del señor Racine, inédita en español hasta la fecha, demuestra que sus ilustraciones y relatos siempre sorprenden y cautivan, permanecen inexorables al paso del tiempo provocando nuevas sonrisas y el deseo de descubrir otras de sus aportaciones a la literatura infantil, uno de los géneros en los que destacó. Jubilado y alejado del mundanal ruido, el protagonista del relato disfruta de una vida apacible en el campo, cultivando su huerto y mimando, especialmente, un peral con el que ha obtenido varios premios. Pero un día se produce un desagradable suceso: el misterioso robo de todos los frutos del árbol. Indignado, está dispuesto a esperar el tiempo que haga falta para cazar al culpable. Cuando por fin aparece surge una bonita historia de amistad que llevará a la peculiar pareja hasta París, donde presenta en sociedad a la bestia en la Academia de Ciencias. La complicidad de los nuevos amigos en sus juegos infantiles, la búsqueda constante de nuevos datos sobre el animal que ha irrumpido en su vida… Todo queda retratado en las viñetas artesanas, siempre tapizadas de fino humor, que el artista francés compuso para la ocasión. Otro capítulo bordado con letras de oro en la colección Gran Literatura para Pequeños Lectores con la que Blackie Books está posibilitando el acceso a los nombres imprescindibles de la LIJ del siglo XX a los hijos de los y las que crecieron al calor de sus historias. Para los curiosos resulta interesante descubrir la adaptación cinematográfica que el director Gene Deitch realizó en 1974 a partir del guion del propio Ungerer.
Si hay algo que está fuera de toda duda es que el ingenio del recientemente fallecido Tomi Ungerer no tenía fin. La historia del señor Racine, inédita en español hasta la fecha, demuestra que sus ilustraciones y relatos siempre sorprenden y cautivan, permanecen inexorables al paso del tiempo provocando nuevas sonrisas y el deseo de descubrir otras de sus aportaciones a la literatura infantil, uno de los... Seguir leyendo
La bestia del señor Racine
El señor Racine era un recaudador de impuestos jubilado que vivía tranquilo en una destartalada casita de campo. Disfrutaba paseando por los alrededores, observando los pájaros, contemplando las nubes y ocupándose de su pequeño huerto.
En aquel huerto crecía un peral que era el orgullo del señor Racine. Producía jugosas frutas, de un aroma y un sabor deliciosos.