El paisaje de abril es el preferido de Helena. La primavera trae consigo un espectáculo único de colores, sonidos, fragancias y escenas que transforman la ciudad. A pesar de ello, observa que la mayor parte de la gente está más atenta a otras cosas que a la cantidad de procesos hermosos que están teniendo lugar a cada paso. Ella y su perro afinan los sentidos para tratar de averiguar qué es eso que todos miran con tanta atención. Una vez creen saber cómo revertir la situación, la protagonista reparte entre sus conocidos un “pasaporte” a la imaginación. De nuevo Concha Pasamar transforma el texto de Merlán, con la que ya coincidió en La cometa de los sueños, en una sucesión de estampas realistas de profunda belleza, una invitación a descubrir la belleza de las "pequeñas cosas" que el mundo ofrece y dejar a un lado la dependencia excesiva de la tecnología. Critica sutil a través de una visión dulce y sensible que gustará a los lectores de cualquier edad.
El paisaje de abril es el preferido de Helena. La primavera trae consigo un espectáculo único de colores, sonidos, fragancias y escenas que transforman la ciudad. A pesar de ello, observa que la mayor parte de la gente está más atenta a otras cosas que a la cantidad de procesos hermosos que están teniendo lugar a cada paso. Ella y su perro afinan los sentidos para tratar de averiguar qué es eso que todos miran con tanta atención. Una vez creen saber cómo revertir la situación, la protagonista... Seguir leyendo
Algo está pasando en la ciudad
Helena sale a pasear por la ciudad. Una suave brisa le acaricia la cara.
Su perro Pipo la acompaña.
La ciudad está preciosa en primavera. El paisaje de abril es el preferido de Helena.
Los insectos voladores aletean airosos y el sol brilla radiante.